domingo, 23 de diciembre de 2012

Empezando a entrenar

Sales al mundo con tu título de entrenador, o de licenciado en el mejor de los casos (entiéndase graduado). Te propones un primer reto: entrenar un equipo. Asaltan las dudas ... ¿por dónde empiezo?

Permítanme una analogía con la medicina, y con los licenciados que salen a su mundo. La medicina es una ciencia más antigua y más institucionalizada que el entrenamiento. Años de investigación, discusión y consenso, permiten a cualquier nuevo médico, establecer cuando una persona necesita adelgazar, no ha crecido suficiente, o tiene mucho azúcar en sangre. 

¿Qué necesita mi deporte? ¿Cuánto de ello necesita? ¿Cuales són los mejores métodos? Empieza la búsqueda. En 1995, en Australia -dónde se prestan a la investigación deportiva-, el grupo de McKenna y Jones -uno de los grupos a seguir donde también participa Drinkwater-, junto con McInnes, presentan uno de los estudios de referencia en Baloncesto: McInnes, S.E., Carlson, J.S., Jones, C.J. and McKenna, M.J. (1995). The physiological load imposed on basketball players during competition. Journal of Sports Sciences, 13, 387-397.

Aunque las conclusiones puedieran variar, ya que el estudio tiene más de 15 años, conocer que un jugador de baloncesto debe estar preparado para realizar 105+52 acciones de alta intensidad por encuentro, o que el  75% del tiempo está por encima del 85% de la HRmax, nos pueden dar una idea de qué y cómo trabajar.

Actualmente, sin tanto tiempo como los investigadores, pero con muchos medios nuevos, y algo de imaginación, podemos obtener datos bastante fiables de todos los entrenamientos, de todos los partidos. Podemos comparar roles, calcular cargas, ... Un mundo de conocimiento para establecer un primer paso firme hacia el entrenamiento basado en la evidencia.


En la foto: acciones y velocidades durante un 
partido de baloncesto de la Liga Endesa 2013.

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